Entre las siete maravillas del mundo, el Taj Mahal, en Agra, es una delicia por explorar. También ha sido descrita como “una lágrima en la mejilla de la eternidad” por el laureado Nobel, Rabindranath Tagore. Cada año, miles de turistas de todo el mundo van directo hacia este monumento etéreo de mármol, considerado por muchos como el edificio más hermoso construido por el hombre.

Ubicado en el corazón de Delhi, el majestuoso Fuerte rojo, hecho de fina arenisca roja, es el testamento del legado arquitectónico de los mogol. Es uno de los monumentos más hermosos en el mundo y fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO, es famosamente conocido como qila-e-mubaraq y está repleto de palacios, pabellones y mezquitas.

Casi tan antiguo como la historia del Sultanado de Delhi, el icónico
Qutab Minar, es el alminar de ladrillos más alto del mundo y domina el cielo de la ciudad. Con una altura de 22 metros, esta torre de cinco pisos es otro patrimonio de la humanidad declarado por UNESCO y es uno de los edificios más magníficos de la era medieval de la India.

Rodeado  por céspedes perfectamente cuidados, la masiva Tumba de Humayun es un monumento espectacular que fue el primer mausoleo jardín construido en el subcontinente indio. Fue la primera de las grandes tumbas sinónimo de la arquitectura mogol y este monumento narra una saga interminable de amor y nostalgia. Fue construido por la primera esposa del emperador mogol Humayun, la emperatriz Haji Begum, en honor a la memoria de su esposo. La tumba alberga las tumbas del emperador y su esposa y es el testamento final de su amor eterno.