La segunda ciudad más grande del Rajasthan, Jodhpur, es un mar de casas color azul zafiro resguardadas por el imponente, pero precioso, fuerte Mehrangarth que hacen de esta ciudad una joya arquitectónica, digna de ser visitada. Un laberinto de caminos medievales intercalados con mercados vibrantes entrecruza la ciudad, que disfruta de un lánguido ritmo de vida.

Experimenta el espíritu de la ciudad mientras recorres animados bazares que ofrecen una extensa y refinada selección de pinturas espirituales Pichwai, pantalones Jodhpuri (bombachos), exquisitos sarees bandini o bandhej (tie and dye), bellas lahengas bordadas de badla y morchangs (arpas de boca), entre otros instrumentos de música folclórica Rajasthani.

La ciudad presume de una oferta culinaria exquisita. Degustar las delicias locales, como el sabroso pyaz-ki-kachori, el picante mirchi bada o el dulce y espeso makhaniya lassi es una experiencia inolvidable.

Cuando explores Jodhpur en profundidad sentirás el encanto de su rico y auténtico legado, manifiesto en distinguidos monumentos tales como el opulento palacio de Umaid Bhawan, el majestuoso Jaswant Thada y el pintoresco jardín de Mandore. Todos ellos construidos por los antiguos gobernantes de la ciudad. Una pared de 10 kilómetros de largo, poseedora de ocho enormes puertas dividen la vieja ciudad de la moderna, brindando a sus visitantes la oportunidad de experimentar los rasgos únicos del pasado antiguo, codo con codo con el presente cosmopolita de Jodhpur.

Para una auténtica experiencia de vida rural Rajasthani, los turistas pueden visitar la aldea de Khichan, una de las paradas favoritas de las aves migratorias. Cuando las temperaturas del desierto descienden y las aves se deslizan sobre las tranquilas aguas del santuario de aves Khichan, las tardes aquí se convierten en una dicha absoluta. Jodhpur fue fundada por Rao Jodha, jefe del clan Rathore, en el año de 1459. La ciudad apela a un amplio rango de gustos y preferencias, de allí que sea uno de los destinos turísticos más populares del país.