El pintoresco pueblo de Bodh Gaya, ubicado en Bihar, tiene un ambiente tranquilo y se destaca por su intensa devoción. Lleno de templos y monasterios, en este lugar nació el budismo hace 2500 años. Bodh Gaya invita a los viajeros de todo el mundo a disfrutar de la vibra espiritual, seguir los pasos de Buda y comprender sus filosofías en el lugar donde alcanzó el nirvana (iluminación). La ciudad está repleta de devotos durante todo año, sin embargo, ésta permanece suspendida en el tiempo, con monjes en túnicas de color marrón y azafrán caminando por los monumentos y templos, sus cantos y oraciones cubriendo los alrededores en un escudo de paz. Incluso el aire de este pequeño pueblo parece estar impregnado de paz y serenidad, un sinónimo del budismo. Se dice que el príncipe Siddhartha, que luego se convertiría en Buda, encontró un retiro silencioso bajo el lugar más santo aquí, el árbol Bo o Bodhi, el lugar en el que meditó hasta alcanzar la iluminación. Hay muchas leyendas relacionadas con este evento histórico y se dice que mientras el joven Siddhartha se sentó a meditar, una joven pastora de vacas llamada Sujata lo notó y se conmovió por su apariencia demacrada, trayéndole un cuenco de kheer (una especie de arroz con leche). La comida no solo le dio fuerzas, también se cree le dio la inspiración para seguir el Camino del medio. La ancestral ciudad de Bodh Gaya tiene un valor importante para el hinduismo; Gaya es mencionada en epopeyas importantes como el Ramáyana y el Mahábharata. También se dice que es el lugar en el cual Rama, junto a su esposa Sita y su hermano Lákshmana, vinieron a ofrecer el pind dan (una ofrenda a los ancestros durante los ritos funerarios hindúes) a su padre Dásharatha.

Experiencia de inmersión